La Intendencia Departamental recibió por parte del grupo Pro Estatua de Eduardo Franco, la escultura en tamaño real, en bronce, del cantautor sanducero que junto a Los Iracundos hicieron conocer a Paysandú en el mundo. “A partir de hoy es patrimonio de todos los sanduceros, a disfrutarla, a sacarnos una foto quienes no tuvimos la oportunidad de sacarnos en vida con él, nos sacaremos con su testimonio en bronce que es la forma de eternizar lo que ya es eterno y lo hizo gracias a su talento”, señaló el intendente Nicolás Olivera.

“Embajadores de nuestra cultura”

A 33 años de la desaparición física de Eduardo Franco, un grupo de fanáticos hizo entrega de una estatua en tamaño real del artista sanducero, en el Teatro de Verano que lleva su nombre, en un evento en el que participaron la Dirección de Cultura y la Unidad de Gestión de Eventos y Escenarios.

“Lo que para nosotros es un momento de revivir momentos que la música nos da, para la familia es un momento de dolor, es volver a recordar un momento triste de la vida en el que un ser querido partió físicamente”, reflexionó Olivera.

“Me imagino lo que debe ser para la familia que alguien que dejó de existir en el plano físico pasó a existir en un plano que es imposible morirse, que a muy pocas personas les puede pasar que es abrazar la eternidad, eso es Eduardo Franco y Los Iracundos para los sanduceros”.

Olivera indicó que nuestro departamento no se puede cansar de rendirle homenaje a quienes fueron, son y serán “eternos embajadores de nuestra cultura”. A su vez, destacó que de ahora en más los sanduceros contarán con un lugar en donde sentarse a su lado, sacarse una foto y “decirle al mundo de lo orgulloso que estamos los sanduceros de que ellos hayan sido parte de nuestra historia, nuestro presente y seguirán siendo parte de nuestro futuro”.

“Agradecimiento enorme”

Dana Karlowicz, viuda de Eduardo Franco, relató cómo se fueron sucediendo los hechos hasta llegar al día de hoy con la estatua de bronce. Recordó que luego de un show en el que actuó su hijo en Carmelo, se le acercó el artista Velarde Gil –creador de la estatua– y le mostró que a iniciativa suya había confeccionado la escultura en mármol. “Fue una emoción tremenda”, recordó Karlowicz.